Soy Ana Cecilia

Y creo firmemente que nadie debería sentirse solo ni en la niñez, ni en los momentos en que el miedo es tan intenso que nos paraliza . . .

Desde niña, como todos, enfrenté retos que moldearon mi camino.

Recuerdo haber escuchado de mis padres frases tales como:

• “¡Con boca que no tuvieras!”
• “¡Si no fueras tan contestona!”
• “¡Con ese carácter nadie te va querer!”

Son palabras que en su momento fueron dolorosas, pero también fueron el motor que me impulsó a buscar la manera de comprender, perdonar y encontrar un camino diferente.

Por otro lado, fueron esos mismos padres los que me dieron todo el amor que tenían y todas las herramientas que me ayudaron a llegar a donde estoy hoy.

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Más allá del éxito laboral y financiero, más allá de haberme convertido en una mujer valiente y de convicciones firmes, estoy en ‘un lugar de mi vida’ donde sé que lo que damos al mundo es lo que recibimos.

Conozco dentro de mí un espacio de paz en el que tengo la certeza de que nunca estuve sola y nunca lo estaré. Se que hay una Energía Vital que me sostiene y me alimenta, y estoy agradecida por las bendiciones que recibo.

¡Y eso es lo que quiero compartir contigo! Que nunca estuviste solo, que sí eres suficiente, que no hay nada en ti tan malo como para no merecer tu propio perdón y que hay “Algo o Alguien” que Te Ama Incondicional y Eternamente.

Salvarme a mí fue mi primer motivo para aprender una forma distinta de ver la vida y entender al mundo. Luego me convertí en madre y deseé poder acompañar a mis hijos de la mejor manera que me fuera posible. Hoy lo hago con todo aquel que decide avanzar conmigo en el camino de recuperar su paz interna, con todos lo que eligen permitirse recibir la salud de su cuerpo físico y la abundancia de recursos que existe para ellos.